Símbolo del municipio de Itagüí, Valle de Aburrá. Fue oficializado mediante Acuerdo Nº 002 del 15 de Marzo de 1996.
Amarillo: Representa las riquezas industriales, morales, físicas e intelectuales del municipio.
Verde: Desprendida de la bandera del departamento de Antioquia, representa de las virtudes: la esperanza; de las cualidades humanas: la industria, la constancia, la intrepidez, el silencio.
Rojo: Desprendido de la bandera nacional, representa de las virtudes, el honor; de las cualidades, el valor, la fidelidad y la alegría. También la sangre derramada por la humanidad en pos de sus ideales para lograr la gloria y el triunfo.
Símbolo del municipio de Itagüí, Valle de Aburra. Está compuesto por una columna griega símbolo de la cultura general desde que se levantó sobre las mismas, el Partenón en Grecia. En ella se representan las artes y las ciencias y pasó como símbolo de perpetuidad para la grandeza de los pueblos universales; una rueda dentada en un tornillo sinfín representa la industria ubicada en el Municipio; la montaña es la representación del Pico el Manzanillo configuración superficial, recia y característica de Antioquia es decir escenario para el esfuerzo permanente, liderazgo y motor de las generaciones y el agua como elemento de la naturaleza que representa el Rio Medellín que pasa por sus límites y la Quebrada Doña María. Fuente: Municipio de Itagüí
El escudo representa para el municipio en cuanto a su horma, particiones, piezas que lo forma, esmalte y colores, lo siguiente:
Particiones: Se han seguido todas las normas y leyes heráldicas para disponer sus particiones internas a fin de poder colocar dentro de ellas las piezas que lo forman con arte y elegancia para así el escudo sea la representación del municipio, donde quiera que se ostente.
Adornos exteriores: El frente del indígena con su diadema y los adornos espiralados, son un homenaje a los indígenas que fueron testigos del descubrimiento del valle del aburra y a los petroglifos, huellas imborrables sobre las piedras patrimonio del municipio.
Cinta ondulante: Contiene el nombre del municipio para identificarlo donde quiera que sea exhibido.
Columna Griega: Es el símbolo de la cultura general desde que se levanto sobre las mismas, el Partenón en Grecia, en ellas se representan las artes y las ciencias y paso como símbolo de perpetuidad para la grandeza de los pueblos universales. En ella se representa la biblioteca Diego Echavarría Misas con más de 50 años de existencia, los centros educativos y auditorios culturales y todo lo que atañe al presente y al futuro de la cultura y la intelectualidad del municipio.
Rueda dentada encastada en tornillos sin fin: Este símbolo representa la industria ubicada en el municipio.
La montaña: Este símbolo es la representación del pico manzanillo, configuración superficial recia y característica de Antioquia, es decir escenario para el esfuerzo permanente, liderazgo y motor de nuestras generaciones.
El Agua: elemento de la naturaleza que representa el río Medellín, que pasa por sus límites y la quebrada Doña Maria. Según las leyes de la heráldica se hace figurar por ondas alternadas de plata y azul como elemento propio que posee el municipio.
Los esmaltes y colores heráldicos del escudo: Estos fueron oficializados para el municipio, mediante acuerdo Nº 002 del 15 de marzo de 1996, representa lo siguiente:
El metal oro: Este metal esmalta la diadema del indígena en el escudo, colocada sobre la línea superior, además representa las riquezas industriales, morales, físicas e intelectuales del municipio.
El color verde: Que obra con su color natural el de la montaña y en la segunda faja de la bandera. Desprendida de la bandera del departamento de Antioquia, representa de las virtudes, la esperanza; de las cualidades humanas, la industria, la constancia, la intrepidez, el silencio.
Algunas versiones históricas sostienen que el territorio que hoy ocupa Itagüí, antiguamente estaba ocupado por una comunidad indígena conocida como los "Bitagüíes", quienes se dedicaban a actividades básicamente agrícolas.
En 1541, llegó al Valle de Aburrá Don Jerónimo Luis Téjelo. En 1616 Doña María de Quesada, viuda del Capitán Juan Daza, recibió las tierras que hoy ocupa el Municipio, como recompensa por las propiedades que le quitaron para un resguardo en Sopetrán.
En el Siglo XVII, debido a la sobrepoblación del Valle de Aburrá, parte de la población emigró hacia Amagá y Sinifaná. El 24 de diciembre de 1831, el partido de Itagüí fue eregido Distrito Parroquial por el Prefecto del Departamento, por eso esta fecha se considera como la fundación del Municipio.
Desde principios del Siglo XX, diversas empresas establecieron sus fábricas en áreas pertenecientes al Municipio, hecho que con el tiempo generó un importante crecimiento industrial, que a su vez propició la creación de empleo para muchos habitantes de Itagüí y el Valle del Aburrá. En razón de esta actividad, hoy Itagüí es conocida como "Ciudad Industrial de Colombia".
Existieron en Itagüí dos capillas en los tiempos de la colonia. Una en el paraje de la Tablaza que había sido propiedad de Bruno Saldarriaga, construida gracias al permiso que el Obispo de Popayán Francisco José de Figueredo otorgó el 19 de diciembre de 1743. La otra, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario había sido levantada por los Pbros. Francisco Riaza y Bruno Saldarriaga quienes a más del lote para el pequeño templo, dieron una extensión de treinta cuadras para el trazado de una población. Esta capilla fue la que más tarde vino a ser elevada a la categoría de parroquia.
En 1774 el Cura de Medellín Juan Salvador de Villa y Castañeda pidió al Obispo de Popayán la creación de cuatro parroquias: San Cristóbal, Hatoviejo (Bello), Envigado e Itagüí. Accedió el Prelado en cuanto a las tres primeras mientras la cuarta habría de seguir dependiendo de Envigado por algunos años más. El 29 de abril de 1825 los vecinos del partido de Itagüí dieron poder al señor Joaquín Vélez Velásquez para que los representara ante los gobiernos civil y eclesiástico a fin de lograr que el dicho partido fuera elevado a la categoría de distrito parroquial. El apoderado se dirigió al Obispo de Popayán pero la actitud de éste fue negativa. Por entonces tomó posesión como primer Obispo de Antioquia Mariano Garnica y Orjuela a quien el apoderado elevó la solicitud, pero monseñor Garnica contestó que debería dirigirse primero a la autoridad civil, esto es, al gobernador de la Provincia. Así se hizo, mas el gobernador, Gregorio María Urreta fue adverso y así lo hizo saber en comunicación del 13 de enero de 1829.
Pasaron dos años hasta que el 25 de febrero de 1831 el apoderado se dirigió al prefecto del Departamento del Centro y éste pasó la solicitud al Cura de Envigado Pbro. José Joaquín Escobar para que rindiera informes sobre la conveniencia o inconveniencia de la nueva erección. Escobar se mostró enemigo del proyecto y dio como razón la de que hacía poco tiempo se habían creado tres nuevas parroquias segregadas de su jurisdicción: Titiribí, Amagá y Guaca (Heliconia). Hubo nueva petición al Obispo Garnica con respuesta adversa. El expediente pasó al Concejo del Cantón para su estudio y esta entidad estuvo en contra. Y así, parecía que todas las puertas se cerraban a las aspiraciones de los itagüiseños para un logro tan positivo. Sin embargo, no todo estaba perdido. El expediente pasó en última instancia al personero del Cantón de Medellín quien lo consideró ajustado a la realidad y sugirió la conveniencia de la nueva creación. Y fue así como el 24 de diciembre de 1831 el prefecto del Departamento don Francisco Montoya y su secretario Mariano Ospina Rodríguez elevaron el partido de Itagüí a distrito parroquial. El 1 de abril de 1832 fue nombrado como primer alcalde el señor Francisco Vélez.
Aquella erección correspondía a la de distrito y parroquia a la vez. Era el tiempo en que cuando se creaba una nueva parroquia, los vecinos elegían su primer Cura propio por medio de votaciones populares. El Padre Felipe Restrepo Granda venía desempeñando la viceparroquia de Itagüí desde el 1 de diciembre de 1825. Todos los vecinos lo postularon para el cargo. El 20 de marzo de 1832 se llevaron a cabo las votaciones resultando elegido por 152 votos, sin que hubiera habido voto alguno en contra. El Obispo hizo la presentación al gobernador del nuevo Cura, documento que terminaba así . .. "Lo presento a V.S por ser sujeto apto para el desempeño del tal ministerio". El 24 de marzo el Padre Restrepo se posesionó: "Hoi tomé colación canónica de esta Parroquia con el nombre de Nuestra Señora del Rosario de Itagüí, de mano del Ilustrísimo Señor Obispo D.D. Frai Mariano Garnica i recibí título del S. Francisco Antonio Campuzano Gobernador de la Provincia i para que conste lo firmo: Felipe de Restrepo".
En 1832 se fundó la primera escuela primaria que estuvo a cargo de don Manuel Antonio Piedrahita por varios años. Era privada y solo en 1871 se estableció una de carácter oficial. En 1870 se empieza la construcción del cementerio.
El 24 de marzo de 1874 se realiza en Itagüí la primera feria de ganados. Su iniciador fue el gran Hacendado itagüiseño Emiliano Restrepo Isaza. El 26 de marzo de 1876 se inauguró el telégrafo en Itagüí. Así lo anunciaba el alcalde José M. Ruiz cuando dirigía el primer mensaje telegráfico al Presidente del estado don Recaredo de Villa.
Para la época de 1900 empezó a formarse la plaza principal al frente del templo de Nuestra Señora del Rosario. En 1920 aparece el primer vehículo automotor en Itagüí. En 1931 Se construye el primer acueducto Municipal. En 1945 fue Inaugurada oficialmente el 13 de mayo la Biblioteca de Itagüí, construida por el filántropo Diego Echavarría Misas.
En 1962 se empieza la construcción del primer Palacio Municipal. En 1967 fallece el ilustre pintor itagüiseño Eladio Vélez. En 1987 se inauguró de la nueva Biblioteca Diego Echavarría Misas. En 1988 se efectúa la primera elección de alcalde por voto popular. El Alcalde electo fue Mario Escobar Vélez. Se empieza la construcción del parque Ditaires.
En 1993 se inauguró el Centro Administrativo Municipal de Itagüí (CAMI) y el Estadio Metropolitano Ciudad de Itagüí.
En 2006 Itagüí y Medellín definen límites en el sector denominado sector o fracción Belén. Mediante Ordenanza No. 33 de 24 de noviembre de 2006, la Fábrica de Licores de Antioquia queda definitivamente en territorio itagüiseño.
Los antecedentes de la institución municipal se remontan a las primeras fundaciones hechas por los españoles en el Darién. Santa María la antigua del Darién 1510, el fuerte de San Sebastián de Urabá 1505, el poblado de San Sebastián de Buena Vista.
Para el año de 1546 se crea la gobernación de Popayán, la cual tenía jurisdicción sobre el territorio antioqueño. La entidad que recibió en la República el nombre de departamento de Antioquia tuvo su fuente jurídica en una cédula real de 1569, la cual ordenó crear el actual territorio de Antioquia, la provincia del mismo nombre, entre los dos ríos Cauca y Magdalena, separada de la gobernación de Popayán.
En 1541 entra al Valle de Aburrá Jerónimo de Luis Téjelo, lugar teniente del Mariscal Jorge Robledo. El valle no llenó las expectativas de los conquistadores españoles.
"Fue hasta el año de 1586, bajo el gobierno de Don Gaspar de Rodas, cuando el Valle de Aburrá empezó a ser parte de la nueva provincia, zona que por entonces empezó a colonizarse con gentes provenientes de Santa Fe de Antioquia. A don Gaspar de Rodas se debe parte de la colonización del valle, ya que había solicitado una encomienda, en terrenos situados en él para levantar hatos de agricultura y ganadería".
"El Valle de Aburrá, que empezó a colonizarse a fines del siglo XVI y a principios del siglo XVII, se inició con un resguardo de San Lorenzo de Aburrá en el Poblado (1616), el cual se traslado hacia 1646 al sitio de Ana. Donde nació definitivamente la Villa de Medellín el 2 de noviembre de 1675, con más de 3000 personas distribuidas en los sitios: Ana, Poblado de San Lorenzo, Guayabal, la Culata, Itagüí, Hato Viejo, la Tasajera, Hato Grande y Potrero de Barbosa".
Para hablar del sitio Itagüí hay que remontarnos hasta el siglo XVIII y más concretamente a marzo 6 de 1616 cuando Doña María de Quesada viuda del capitán Juan Daza recibió las tierras del “Itagüí y Ancón de los Yamecies". Nos recuerda el ilustre escribano Benítez (el cojo), en su obra el Carnero de Medellín, que hacia el año 1675 se mencionaba el sitio "Guitagui".
Para el año de 1743 se edificó la primera capilla del sitio de Itagüí ubicada en el paraje de El Tablazo, edificada en la hacienda de campo de don José de Saldarriaga, y fue consagrada a Nuestra Señora del Rosario, cuya merced fue otorgada por el ilustrísimo señor obispo Dr. Francisco José Figueredo y Victorias, con fecha de 19 de diciembre de 1743, tal capilla distaba de la parroquia de Medellín más de dos leguas.
"En su testamento del 11 de julio de 1777 José Bruno de Saldarriaga hijo de don José de Saldarriaga, ordenó en el folio 15 que su señora del Rosario que tenía colocada en su vice parroquia de El Tablazo, se mantuviera con alhajas y ornamentos". Fue este último gran poblador del sitio de Itagüí quien a la postre fundaría la primera capilla del sitio de Itagüí.
Para principios del siglo XIX los doctores Francisco de Saldarriaga y Francisco de Reaza, sobrinos de José Bruno de Saldarriaga, donaron media cuadra de terreno para la construcción de una nueva capilla y el resto para una plazuela, además de 30 cuadras para calles, comprendidas en el punto de la quebrada doña María hasta los límites del pueblo de La Estrella.
La capilla fue construida por el presbítero Francisco Tomás Ramón de Reaza y Saldarriaga, y a su muerte la edificación se arruino totalmente, siendo reedificada por el presbítero Francisco José de Toro, quien residía en Envigado, esta fue la que sirvió de templo cuando Itagüí se convirtió en curato dependiente de Envigado.
A mediados del 1772 el Dr. Juan de Villa y Castañeda, cura de la villa de Medellín y Superintendente de la provincia de Antioquia, hizo las diligencias del caso ante el obispo de Popayán con el fin de que fuera erigida en Itagüí una nueva parroquia, y señalaba como linderos, "desde la quebrada que llaman Doña María, incluyendo en ella el Feligresado del paraje de Prado, por el río arriba, y por el otro lado del río lo comprendido desde la quebrada Ayurá para arriba", pero no se llevó a efecto por la negativa del Sr. Obispo.
A la par de estas transformaciones administrativas y jurisdiccionales el paisaje y la vida cotidiana se van modificando significativamente. El asentamiento de un poder local necesitaba de un lugar donde su presencia fuera oficial. Itagüí no se acomoda al procedimiento sugerido para fundar ciudades, villas, parroquias y pueblos. No puede hablarse de Itagüí sin dejar de mencionarse a Envigado, ya que ambos sitios fueron erigidos conjuntamente en 1775, cuando el gobernador Francisco Silvestre preocupado por el desarrollo de la región facilita las peticiones de la erección.
Aunque dichas peticiones tenían carácter civil se observa cómo lo civil se funde con lo religioso, convirtiéndose las más de las veces lo espiritual en el requisito más importante. El 9 de abril de 1776 el gobernador Francisco Silvestre determinaba la necesidad de que los vecinos del nuevo curato de los sitios de Envigado e Itagüí, se comprometían a mantener la lámpara o campana del señor Sacramentado y las tres cofradías y a contribuir con las demás limosnas necesarias para mantener las renovaciones y demás actos de la nueva Parroquia.
Para este momento no existía la subordinación entre Envigado e Itagüí, pues ambos sitios dependían de la villa de Medellín, tanto en la parte civil como en la eclesiástica, pero ante la erección de la parroquia, el territorio de Envigado ostentó el título de curato y por ende sus vecinos del sur quedaron bajo su dominio.
Para la conformación de la nueva Parroquia consagrada a Santa Gertrudis, las tierras fueron donadas por Don Joseph Antonio Isaza, quien además hizo la donación de la plazoleta principal de la que posteriormente sería el distrito de Envigado, todo esto acontecía desde el año de 1776. Desde ese instante empezaría a conformarse uno de los grandes sitios del valle del Aburrá.
El sitio de Itagüí entonces quedaba relegado y perdía su importancia de partido que había adquirido entre los años de 1755 a 1769, cuando era gobernador de la provincia don José Barón de Chaves, quien inició la transformación Borbónica cambiando y dividiendo diferentes fracciones del valle, elevó a categoría de partido a Itagüí, son exactamente cuarenta y nueve años en el que el partido de Itagüí se ve aislado y casi que absorbido por el curato de Envigado. La dependencia era total, el partido de Itagüí ni siquiera había un cura permanente para que atendiera el feligresado, la capilla construida a principios del siglo XIX amenazaba ruina.
"El 29 de abril de 1825 el vecindario del partido de Itagüí le confirió poder general al señor Joaquín Vélez Velásquez para que lo representara ante los gobiernos Civil y Eclesiástico para la petición que iban a hacer con el fin de que dicho partido fuera erigido en un nuevo distrito".
"El 25 de agosto del mismo año tal apoderado envió las diligencias del caso al Sr. Obispo de Popayán, relacionadas con la nueva erección de la Parroquia, y el Prelado las devolvió con resolución negativa, basándose en que con la nueva Parroquia se perjudicaría el curato de Envigado, y en que para el vecindario de Itagüí no sufriera perjuicios, había ordenado al cura de Envigado que pusiera en Itagüí un coadjutor permanente". En 1826 y en 1829 se repitió dicha solicitud, y se obtuvo la misma negativa".
"El 2 de diciembre de 1828 se repitió tal solicitud al Prelado Diocesano, y el Secretario del Obispado de Popayán, Pbro. Antonio Gutiérrez, contestó la solicitud en el sentido de que se dirigieran al Gobernador de la Provincia, por corresponderle a dicha entidad la fundación de las nuevas poblaciones, al tenor de la ley del patronato".
"El 13 de enero de 1829 el señor Gregorio María Urreta, Gobernador de la Provincia, resolvió negar la petición referente a la separación del partido de Itagüí del curato de Envigado, para la creación de la nueva Parroquia, y el 13 de febrero del mismo año el Poder Ejecutivo dio también respuesta negativa a la solicitud".
"Con fecha 25 de febrero de 1831 dicho apoderado elevó nueva petición en el sentido indicado al Prefecto de Departamento, quien la pasó al Pbro. José Joaquín Escobar, Cura propio de la Parroquia de Envigado, para que informara sobre el particular, informe que fue rendido desfavorablemente el 2 de junio de ese año, fundándose en que del territorio de la Parroquia de Envigado se había cercenado antes las de Titiribí, Amagá y Guaca (hoy Heliconia), quedando la de Envigado sin rentas para sostenerse si se accedía a la creación de la Parroquia itagüiseña".
"Luego se dirigieron los vecinos al Ilustrísimo Sr. Obispo de la Diócesis de Antioquia, Fray Mariano Garnica y Dorjuela, quien se opuso a la creación de la nueva Parroquia, apoyándose en las providencias dictadas en 1825 y 1829".
"El 3 de diciembre de 1831, el señor Francisco Montoya, Prefecto del Departamento, pasó el expediente sobre creación de la nueva Parroquia al Consejo del Cantón en solicitud de informe y en el evento de ser favorable, nombrara una comisión que señalara los límites de la nueva Parroquia, informe rendido desfavorablemente el 10 de dicho mes".
"Volvió el expediente el 24 del mismo mes y año a don Juan Carrasquilla, Personero del Cantón de Medellín, en solicitud de informe, el que resultó favorable a la creación solicitada".
"Con fecha 24 de diciembre de 1831 el Prefecto del Departamento, Dr. Francisco Montoya, con la firma de su Secretario, Dr. Mariano Ospina Rodríguez, en vista del informe dado por el Personero del Cantón, Sr. Carrasquilla, encontrando el expediente conforme a las leyes y ordenanzas sobre poblaciones, decretó la erección del partido de Itagüí en Distrito, desmembrando del curato de Envigado toda la zona comprendida a la izquierda del río Medellín, y otra parte del pueblo de Belén, quedando Itagüí con éstos linderos: “Por la parte de abajo de la quebrada La Arenela que desemboca en el río, por medio de las haciendas de los difuntos Joaquín Londoño y Francisco Miguel Restrepo; ésta arriba hasta la calle de Guayabal; ésta abajo hasta la quebrada de Sesteadero, donde se reúne con la nombrada de Jabalcón; ésta arriba, pasando por medio de la posesión del señor José Manuel Angel, hasta el alto nombrado el Alisal; de éste, filo arriba hasta el alto del Manzanillo; de éste, lindando con los naturales, por una quebrada llamada la Estrella; ésta abajo hasta dar al río. Las montañas nombradas del río arriba a la Salada serán divididas por el camino que gira al alto de San Miguel, quedando, la parte del Oriente al Curato de Envigado y la de Occidente al de Itagüí". El 7 de marzo de 1832 fue aprobado por el Vicepresidente de la República el Decreto de la fundación del Distrito de Itagüí, lo que se comunicó el 21 de tal mes al Prelado Diocesano y al Concejo Cantonal para su aprobación, en cuanto a lo eclesiástico.
En un transcurrir de 384 años, y como distrito municipal 176, han acontecido hechos de verdadera importancia y trascendencia para este importante municipio antioqueño, que no sólo han cambiado el curso de la historia local sino que han dejado profunda huella en el campo nacional.
Para abordar lo que consideramos hechos sobresalientes, nos atenemos a la cronología histórica del hecho, a partir de la fecha del acontecimiento.
Estos hechos se tratan de una manera sencilla y escueta tratando de resaltar su importancia histórica para el municipio.
Primera adjudicación de tierras del sitio de Itagüí
Teniendo como referencia el decreto dado por el oidor y visitador Francisco Herrera Campuzano, fechado el 6 de marzo de 1616, las tierras del Itagüí y del Ancón de los Yamesíes fueron adjudicadas a la encomendera española Doña María de Quesada Viuda del capitán Juan Daza.
Primera feudataria del sitio de Itagüí
La primera Feudataria española que se establecía en el sitio de Itagüí fue la encomendera española Doña María de Quesada, natural de Sevilla, hija de Pedro Rubio y María Rubio, casada con el conquistador y encomendero Diego de Maqueda. Llegó de España en 1571, casándose con el viejo pero rico conquistador Juan Daza, del cual tuvo un solo hijo, Miguel. Se regresó a España donde murió.
Primera capilla del sitio de Itagüí
La primera capilla edificada en el sitio de Itagüí se remonta al siglo XVI. En el año 1743, y más concretamente el 19 de diciembre, se edificó la primera capilla de que se tiene conocimiento, ésta se construyó en la casa de campo del Alférez Real José Bruno de Saldarriaga, en virtud del permiso otorgado por el señor Obispo Francisco José de Figueroa y Victorias.
Esta capilla se encontraba ubicada en terrenos que actualmente ocupa el barrio El Tablazo. La capilla estaba dedicada a Nuestra Señora del Rosario.
Donación de la plaza pública
Para la construcción de la capilla y la plazoleta del sitio de Itagüí, los terrenos fueron donados por los presbíteros Francisco de Saldarriaga y Francisco de Reaza, sobre la fecha exacta de la donación no se tiene dato. Todo parece indicar que fue entre finales del Siglo XVIII y principios del siglo XIX.
La construcción de un referente ideológico se constituía no sólo como una necesidad administrativa, sino que también daba prestigio y, porqué no, la salvación eterna. Bajo esta perspectiva fue que los Doctores Francisco Tomás Ramón Reaza y Saldarriaga y Francisco Antonio de Saldarriaga y Gaviria albaceas de su tío el Presbítero Real José Bruno de Saldarriaga fue que decidieron hacer la donación de los terrenos para la construcción de la capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario, la plazoleta y las primeras calles del nuevo poblado. Deben pues considerarse como los fundadores del nuevo sitio poblacional de Itagüí a los citados señores Reaza y Saldarriaga.
Primeros límites parroquiales
El caso de la erección del distrito de Itagüí como municipio presenta la confusión con la erección del distrito parroquial. Como consecuencia de ésta se ha creado una gran confusión respecto a la cronología de la vida municipal. Esta confusión aparece en la creación de muchos municipios colombianos, sobre todo en aquellos creados a principios del siglo XIX.
Queda claro que para el caso itaguiseño, en 1831, el 24 de diciembre, no se erigió el municipio sino la nueva parroquia de Itagüí. El 7 de marzo de 1832 se comunicó el decreto que fijó los límites del nuevo distrito segregándolo definitivamente de Envigado. El 21 de marzo de 1832, mediante el Oficio No. 9, relacionó los límites siguientes:
“...De la quebrada nombrada la arenera que desemboca al río por medio de las haciendas de los difuntos Joaquín Londoño y Francisco Miguel de Restrepo, está arriba hasta la Calle pública del Guayabal, está abajo hasta la quebrada del Sestiadero donde se reúne con la nombrada la Jabalcona, que pasa por en medio de la posesión del señor José Manuel Ángel, hasta el alto nombrado el ajizal, del alto del ajizal filo arriba hasta el alto del Manzanillo, del alto del Manzanillo siguiendo la Cordillera hasta el alto de Canoas, del alto de Canoas siguiendo otra cordillera llamada las Cruces al alto del Romeral, de éste lindando con los naturales por una quebrada nombrada la Estrella; quebrada abajo hasta dar al río. Las montañas nombradas del río arriba o la Salada serán divididas por el camino que gira al alto de San Miguel, quedando la parte del oriente al Curato de Envigado, y las del Occidente al de la nueva erección de Itagüí..."
Este significativo combate que tuvo lugar en la municipalidad, el 31 de enero de 1841, no fue otra cosa que el enfrentamiento de las provincias en contra del poder central. Esta guerra civil colombiana que se denominó la de los "Supremos", tuvo su origen precisamente en el descontento de las regiones frente al poder central.
El arraigado centralismo en el país condujo poco a poco a las provincias granadinas a un estado de inercia absoluta y casi de esclavitud.
Por este motivo estalló la revolución, las provincias no aguantaron más los atropellos cometidos.
A continuación detallamos una síntesis del referido combate:
La revolución que había empezado en Pasto de carácter religioso, se propagó por todo el país, acogiendo en todo su seno, en todas sus ambiciones, todas las pasiones y todos los rencores y poniendo al gobierno legítimo en inminente peligro, por cuya razón el presidente Dr. José Ignacio de Márquez tuvo que abandonar la capital y trasladarse a la provincia de Popayán.
Fuera por error político, o por demasiada confianza o por bondad natural de carácter del presidente Márquez, éste dejó las gobernaciones de las provincias en poder de sus adversarios, quienes aprovecharon la ocasión para lanzarse sobre él. Sea como fuere, esta conducta realza al ilustre mandatario doctor Márquez, tanto cuanto deprime ante la historia a esos empleados infieles y desleales que, sin motivo alguno que justificara un proceder necesario y patriótico, iban contra aquel digno gobernante. Además, bajo un poder central como el que regía la república, los gobernadores dependían personalmente del presidente quien los nombraba o revocaba a su voluntad. A pesar del empuje revolucionario que conmovía al país, la provincia de Antioquia conservaba la paz hasta el mes de octubre de 1840, proporcionando algunos auxilios al gobierno nacional.
Gobernaba la provincia de Antioquia el doctor Francisco Antonio Obregón, cuyas ideas políticas favorecían al partido de oposición, cuando el 8 de octubre de 1840 se pronunció en Medellín el coronel Salvador Córdoba, apoderándose del cuartel y proclamando la revolución. Las ciudades de Antioquia y Marinilla y algunas otras poblaciones trataron de resistir, sosteniendo al gobierno legítimo del doctor Márquez, pero el temor y activas negociaciones calmaron este primer brote de entusiasmo y prontamente Córdoba dominó en toda la provincia.
Este revolucionario se dirigió con su ejército compuesto de reclutas, en su mayor parte, a la provincia del Cauca, desde donde le amenazaba el coronel Eusebio Borrero con una división del Ejército Nacional. Las fuerzas se encontraron en Riosucio, el 17 de enero de 1841, que dio por resultado la derrota de Córdoba, quien tuvo que dirigirse a Medellín.
Prontamente el coronel Borrero se puso en marcha en persecución de Córdoba, reuniendo en su camino gran número de voluntarios que salieron a su encuentro, tanto de la capital como de varias poblaciones.
Conocida en Rionegro la noticia del avance de Borrero se envió a Medellín, para que se uniese a Córdoba, un destacamento de caballería al mando del Capitán Eusebio Isaza y más tarde el resto de la tropa, la que se acuarteló en el Colegio de San Francisco.
Muchos de los gubernistas de entonces se unieron a la 3a división, entre ellos Braulio Henao, José Ignacio Bernal y el Pbro. Joaquín Restrepo, cura de Sonsón, lo cual llenó de entusiasmo a Borrero, quien estaba alucinado por el triunfo de Riosucio, a lo cual contribuyó, además, el estímulo dado por varias personas de Itagüí, entre ellas el cura Felipe de Restrepo, por lo cual se resolvió afrontar la lucha, sin contar con la fuerza que tenía Córdoba.
Sabedor éste, el 31 de enero de 1841, de que Borrero había ocupado a Itagüí, movió su tropa compuesta de 900 hombres y ocupó la cuchilla de El Tablazo, que domina la plaza a unos 500 metros. Borrero con unos 500 soldados y 300 voluntarios, hizo perforar las paredes de las casas, construyó fosos y vallados, lo que hizo su posición inexpugnable. Las tropas de Borrero se mantuvieron a la expectativa, sin pasar la cañada que la separaba de las de Córdoba, para luego, a las dos de la tarde del primero de febrero de 1841, dividirse en guerrillas, lo cual fue visto por Córdoba, quien tenía su vanguardia a tiro de fusil en la casa de El Tablazo, acompañado de los doctores Pontón y Obregón. Mandó contra Borrero una fuerza de 300 hombres, quienes eran esperados por los gobiernistas atrincherados en la población.
Después de un corto tiroteo las fuerzas de Córdoba regresaron a sus posiciones y algunos soldados de caballería de Borrero avanzaron por la cuchilla, con el propósito de envolver el ala izquierda de las fuerzas enemigas, las que, debido a su superioridad, los obligaron a retroceder hasta el pueblo, donde continuaron los tiroteos hasta las cinco de la tarde. Las reservas revolucionarias al mando de Vesga se preparaban para dar una batalla decisiva, pero una fuerte llovizna se lo impidió y al llegar la noche cada bando se dedicó a guardar sus posiciones, quedando el sitio de la batalla cubierto de cadáveres, la mayoría de los cuales correspondían a las fuerzas de Borrero. Los heridos fueron llevados a curar a la casa en donde hoy se levanta un moderno edificio, en la plaza principal, en la esquina de la carrera 50 con calle 50, y que en ese entonces era del Pbro. Felipe Restrepo. Al comentar lo ocurrido algunas de las señoras de la época recitaba la siguiente estrofa:
"De que le sirvió a Borrero
el cañón de artillería,
si no lo pudo pasar
del puente de Doña María"
Este combate fue ganado por Córdoba; Sin embargo, al amanecer del dos de febrero en ambos campamentos fueron izadas sendas banderas blancas, lo que permitió las conversaciones para un armisticio, en el cual tuvo buena parte el padre José María Botero, quien fue a Córdoba a solicitarle le permitiera su mediación.
Para las negociaciones Córdoba designó a Vesga y Borrero a Gómez, quienes convinieron suspender por algunas horas el tiroteo, mientras se pactaba un arreglo formal. Luego fueron éstos asesorados, el primero por Pontón y el segundo por el doctor Juan Crisóstomo Uribe. Los delegados de Córdoba, en su calidad de vencedores, concedieron que Borrero se retirara al Cauca, sin ser hostilizado por Córdoba, mientras se reunía una convención que constituyera el país. Luego de varias horas de discusión a nada se llegó entonces se convino en que la conversación se llevara a cabo entre los dos jefes, quienes tampoco llegaron a ningún acuerdo y Borrero tuvo que aceptar retirarse al Cauca, hasta tanto se reuniera una Convención Constituyente, según había sido propuesta por los delegados de Córdoba, quien invitó a Borrero a una comida en Medellín, cita que no cumplió éste, madrugándose con parte de sus tropas, pues ya se le habían separado Gómez y Henao, con muchos otros. En poder de Córdoba quedaron los prisioneros de Riosucio, 100 fusiles y 130 soldados gobiernistas, quienes se le pasaron con sus armas.
El resultado del combate de Itagüí determinó a Córdoba llevar la guerra a la Costa Atlántica, pero la llegada de un cuerpo del ejército al mando del general José María Vesga, quien había sido desalojado de Honda por el general Joaquín París, y buscando refugio en Antioquia, le hizo cambiar de plan. Nombró a Vesga Jefe Militar de la Provincia, y él, Córdoba, se dirigió a Cartago a reunirse con el general José María Obando, quien después de la batalla de "García" quedaba dueño del territorio del Cauca. Córdoba ocupó a Cartago el 3 de abril de 1841, y se quedó allí divertido en cacerías, pasión favorita en él, gozando como Aníbal en Capúa, sin cuidarse de la situación del general Obando.
En Cartago cayó Córdoba en poder del general Mosquera, quien lo fusiló en el célebre "Escaño de Cartago, el 7 de julio de 1841. Borrero murió en Jamaica en 1852.
El miércoles 4 de marzo de 1874 se realizó la primera feria de ganado del valle de Aburrá, en la plaza y principales calles de Itagüí, a la cual asistieron gran número de vecinos, quienes llevaron a ella bestias de silla, vacas de leche, los cerdos que tenían en engorde, con los cuales hicieron ventas y permutas, lo cual constituyó una verdadera escuela que formó hábiles negociantes en este ramo. Tal feria se llevó a cabo en atención a un Acuerdo del Concejo Municipal, del 29 de octubre de 1873, presidido por don Juan de Dios Escobar, quien le dio gran impulso, secundado en forma patriótica por varios ganaderos. El primero de estos fue don Emiliano Restrepo, quien trajo de su finca del Cauca novillos gordos. Luego fue secundado por los señores Echeverri, Santamaría, Botero, Vásquez y muchos otros hacendados del departamento.
Ante el estímulo que el éxito de esta feria produjo en toda la región varias personas de Envigado iniciaron una campaña para realizar también allí ferias ganaderas, pero, ante el peligro que para la Itagüí representaba esta nueva feria, se movilizaron prestantes ciudadanos Itagüiseños, encabezados por el alcalde de entonces don Fabio Estrada y por don Manuel Betancur Uribe ("el Zarco"), uno de los hombres de mayor espíritu cívico que ha tenido Itagüí y fundador del corregimiento de Prado, quienes promovieron la suscripción de una fuerte suma de dinero, para la compra de ganados en haciendas del Cauca y departamento de Caldas, con lo cual se logró darle un definitivo fortalecimiento a esta actividad.
Posteriormente, en 1883, el municipio de Medellín concedió a una sociedad formada por los señores Ospina Hermanos, Antonio José Gutiérrez y otros, derecho para establecer en el paraje de Tenche, de ese municipio un matadero moderno y una plaza de ferias, por acuerdo Nro. 14 de mayo 7 del mismo año, la cual no tuvo éxito, debido a la falta de asistencia, pues las gentes estaban ya acostumbradas a asistir a la de Itagüí, la cual continuó con gran éxito, hasta la creación definitiva de la de Medellín, con la utilización de básculas y sistemas modernos y que fue inaugurada el 12 de octubre de 1905 en la calle de Maturín.
Itagüí al igual que su vecino municipio Envigado participó activamente de la colonización Antioqueña. Las pujantes familias de la Villa unidas a dos o tres de Envigado e Itagüí iniciaron el proceso de adjudicación y concesión de tierras al sur y sudoeste de Antioquia.
Itagüí que en su parte sur junto con el pueblo de Nuestra Señora de La Estrella, cierra el Valle de Aburrá y lo separa del sur y sudoeste del departamento.
Como anota Parson, en su libro La Colonización Antioqueña en el Occidente Colombiano:
Las altiplanicies de los Andes más septentrionales de los Andes del occidente Colombiano, son la morada de los sobrios y enérgicos antioqueños. Son sagaces de un individualismo enérgico, cuyo ingenio dominador y el más claramente definido de la República. Su aislamiento geográfico, largo y efectivo en el interior de Colombia, se refleja en un refinado tradicionalismo y en rasgos culturales peculiarísimos. Ser antioqueño significa para ellos ser más que colombianos.
El primer punto obligado al sur de la Villa fue el llamado Río Arriba de Cauca y más concretamente en la loma de los Titiribíes, fue donde se fueron estableciendo los mineros y colonos desde comienzos del siglo XVII.
Desde el Valle de Aburrá, más concretamente de Itagüí se desplazaron varios campesinos pobres para establecer en la parte alta de la quebrada Sinifana. La travesía de estos Itagüiseños se realizó por los montes del pueblo indígena de Nuestra Señora de la Estrella, que era un resguardo situado al sur del Valle y que prácticamente lo taponaba. Concluían en éste sitio las montañas de Titiribí y Amagá dos corrientes migratorias colonizadoras.
Los señores Pérez de la Calle, de Envigado y los Vélez y otros colonos de Itagüí, obtuvieron sendas concesiones lindantes con las colonias citadas y el resguardo de la Estrella.
La colonia de los señores Pérez de la Calle y los demás Itagüiseños prosperó rápidamente: inmediatamente el visitador Mon y Velarde ordenó que se fundase la población de Amagá (1788).
Este poblado inicialmente se conoció con el nombre de San Fernando de Borbón.
En 1851 fue elevado a la categoría de Cantón el cual comprendía fuera de Amagá las siguientes poblaciones: La Estrella, Heliconia, Fredonia, Nueva Caramanta, Titiribí e Itagüí.
Los señores Vélez y sus descendientes se establecieron en la zona lindante con las poblaciones de Amagá y formaron con sus colonos y agrega dos importantes haciendas; vendieron además algunos pedazos de montaña a vecinos de Itagüí.
"A su vez colonizadores y pobladores de la región unos y otros iniciarían una cadena de especulaciones fundiarias que conformarían entonces un grupo considerable de pequeños propietarios independientes los cuales serían calificados como los "Arrieros del Itagüí".
También hacia el sudoeste partirían vecinos de Itagüí y del Envigado: encabezados por los envigadeños José María Restrepo y don José María de la Calle. Partiendo de la cuenca del río San Juan desde su nacimiento hasta su boca en el Cauca era el territorio de los indios Citami: adjudicando a éstos pujantes colonos y que habría la puerta del sudoeste Antioqueño.
En la margen izquierda del San Juan, se distinguían algunos grandes propietarios de tierras calientes y templadas, la mayoría de pobladores provenientes de Medellín, Envigado e Itagüí.
Con este reparto de tierras nacería posteriormente el cultivo del café en la zona y volverían a cobrar importancia los impetuosos arrieros del Itagüí que hacían posible el traslado de las cargas de café de la zona hasta Medellín.
"Los arrieros de Itagüí y de la Estrella fueron los que primero conectaron comercialmente al sudoeste de Antioquia con la capital y fueron los que transportaron por primera vez en sus recuas de mulas variedad de café el cual fue calificado en Europa con la calidad de Moka".
Este fue pues el aporte de los pobladores del Itagüí a la gran colonización Antioqueña, gloria a ellos.
En Itagüí antes de 1900 sus gentes basaban su economía en la explotación agrícola. En el municipio no se puede hablar de pioneros de la industrialización; pero si debe mencionarse la labor realizada por Avelino Saldarriaga, quien en 1885, trató de impulsar la producción de velas esteáricas, a partir del ácido esteárico. Este intento de industrialización fue contrarrestado por la aparición en Manizales en 1899 del invento de una máquina de fácil manejo para fabricar velas de cebo.
Para mediados de 1902 aparece en Itagüí la Cervecería Antioqueña. Dicha compañía funcionó hasta el año de 1905, cuando se liquidó para dar paso a la Cervecería Antioqueña Consolidada, empresa que funcionaría hasta el año 1923, cuando se fusionó con Cervecería Unión; la cual se trasformó en sociedad anónima en el año de 1931.
También aparece en Itagüí en el año de 1927 la fábrica de cueros: Curtimbres Independencia. Para la década del treinta funcionaba también el Itagüí el Ingenio Santana, doce tejares y una trilladora de café.
Con estas industrias arrancaba Itagüí su proceso de industrialización.
Como habíamos anotado anteriormente desde 1900, principios del siglo XX en Itagüí ya se había establecido la Cervecería Antioqueña, posteriormente en 1927 lo hizo Curtimbres Independencia. A principios de la década de los cuarenta aparecen: Tejicondor, cervunión, Satexco, Sedeco.
Con estos asentamientos industriales poco a poco Itagüí se ponía a la cabeza de la industria no solo en Antioquia sino en Colombia.
En un comienzo todas estas empresas mantenían muy buenas relaciones con el ente municipal; hasta el punto de que en un comienzo la deuda pública adquirida por el municipio se hacía con estas empresas. A raíz de estas situaciones de índole económica empieza a contraer el municipio compromisos ineludibles con éstas compañías, tal es el caso de la Cervecería Antioqueña, la cual se apropia indebidamente de las aguas del arroyo doña María: fuente vital del preciado líquido para el municipio. Ya desde 1907 empezaba Itagüí a sufrir el problema de la escasez de agua. Lo que resultaba más insólito era que la compañía se servía de estas aguas, las utilizaba, las transformaba y las devolvía ya contaminadas a la comunidad.
Posteriormente la misma Cervecería con distinto nombre se apoderaría de las orillas o retiros de la quebrada, a la altura de sus factorías industriales.
Para muchos "Visionarios" de la época del cuarenta, tal es el caso del señor Eduardo Quiceno Rivera, quien anotaba lo siguiente: "Ningún municipio Antioqueño ofrece las garantías y ventajas que para el establecimiento de fábricas en todas las ramas de la industria, garantías que se extienden hasta hacer ventajosa las compras de terrenos apropiados, rebajas de impuestos, unido a ellos la abundancia de aguas, la baratura del transporte y hasta la de los Brazos porque el Itagüiseño que es un hombre trabajador, de hogar y aferrado a las buenas costumbres, prefiere trabajar cerca a su casa por menos precio, que ha retirarse a otras partes donde encuentra trabajo eventual en circunstancias que no ofrecen seguridad alguna".
Con estos pronunciamientos de la clase dirigencial de Itagüí; la industria cualquiera que fuera su clase o actividad no tendría reparos en establecerse en el municipio.
"Ya desde la época de 1910 algunos vecinos de Itagüí hacían las cosas a su amaño; tal es el caso del Dr. Avelino Saldarriaga quien en más de una ocasión desvió las aguas de la quebrada doña María en su provecho y en perjuicio de los demás habitantes. Que no haría la Nueva Industria establecida en el municipio.“
Con todo esto se iba formando un gran problema: la localización de la industria dentro de la zona residencial del Municipio.
"Ya para la época de los sesenta; los industriales habían tomado muy en serio todas las ventajas y posibilidades dadas por el municipio de Itagüí para el establecimiento de industrias dentro de su territorio. Sobre la autopista sur, y en los alrededores del barrio San José, empezaron a gestarse y desarrollarse algunas empresas. Este corredor vial llamado autopista sur fue así como poco a poco todas aquellas vegas aledañas al río Medellín se fueron convirtiendo poco a poco en el gran sector industrial del sur de Medellín".
Con esto empezó a generarse las apropiaciones indebidas... violentas del espacio por parte de las empresas. Tal es el caso de Sedeco que prácticamente se adueño de una vía pública que comunicaba la carrera 52 con la autopista sur (calle basura): o la empresa Artex que taponó la calle 54 entre carrera 51 y la quebrada doña María (ahora Comfama).
"Estos eran algunos de los efectos de los asentamientos industriales en el municipio. Para los administradores municipales de la época estos no eran ningunos "efectos", sino que por el contrario era un pequeño sacrificio en aras del progreso y avance que habían producido estas empresas en el desarrollo municipal".
Es así que para finales de la década de 1960; ya se habían asentado más de ochenta factorías industriales en el municipio entre las cuales podemos mencionar:
"Cervunión S.A., Coltejer S.A., Polímeros Colombianos S.A., Derivados del Maíz S.A., Furesa S.A., Satexco S.A., Tejidunión S.A., Artex Textiles Ltda., Industrias Plásticas Gacela Ltda., Dicorvidrios Ltda., Estructura Ceno de Antioquia Ltda., Calcetería Pepalfa S.A., Invequímica Ltda., Química Proco S.A., Productos Tío Pepe Ltda., Triturados Impalpables S.A., Bolsas de papel Medellín, Manufacturas Antioquia, Industrias Imil, Larco S.A., Frugal Ltda., Colresin Ltda., Constructora Colombiana de Maquinaria, Lámparas Novaluz, Metálicas Alco, Newstic Ltda., Textiles Peroni Ltda., Taller Jota, Botocol Ltda., Tejar Santa Ana, Tejar del Valle Ltda., Tejas San Fernando, Galpón el Rosario Ltda., Tajares Vélez, Tejar San José, Herzing Ltda., Ingemetal, Cecal Ltda., Agroquin, General Confort, Aserríos San José, Litometal S.A., Galpón Medellín".
Todos estos asentamientos trajeron el lema del progreso de Itagüí y por consiguiente el título de Ciudad Industrial de Colombia. Con todo este potencial industrial el municipio seguía con los mismos problemas de antaño: carencia de acueducto, alcantarillado, vías urbanas sin pavimentar, desorden urbano, emplazamientos habitacionales mal planificados y un problema más: la alta contaminación ambiental.
"Con motivo de la celebración de primer centenario de la erección del distrito de Itagüí, el próximo veinticuatro de diciembre del presenta año, y para procurar que esta fausta conmemoración se efectúe con el mayor lucimiento posible, ha sido constituida una junta integrada por los suscritos, quienes hemos aceptado gustosamente el encargo, de su realización nos estamos ocupando.
Como en las presentes condiciones de penuria fiscal, el distrito no ha podido apropiar los festejos sino una exigua cantidad, nos proponemos excitar a los buenos hijos de Itagüí y demás personas y entidades que se han interesado por nuestro progreso, para que colaboren con sus donativos, cada uno dentro de sus posibilidades, para no dejar que este memorable centenario transcurra sin el entusiasmo y decorosa celebración que merece.
Entre los números del programa que deseamos desarrollar ocupan lugar preferente los siguientes:
Un homenaje al primer cura de la parroquia, Presbítero Don Felipe de Restrepo.
Otro al primer maestro del pueblo Don Manuel A. Piedrahita y a doña Pepa Escobar.
Un monumento al ilustre hijo del lugar, de venerable memoria el doctor Avelino Saldarriaga.
Una consagración de recuerdo a los fundadores en la plazoleta que va a quedar frente al cementerio.
Publicación de una monografía del municipio, ya elaborada por el distinguido hijo de Itagüí Señor Agapito Betancur.
Varios actos religiosos y cívicos, regocijos populares.
Itagüí, julio de 1931.
La Junta:
Luis A. Mejía, María Bernal, Germán Vélez,
Dolores Mejía".
Esta insigne institución fue fundada el veinticuatro de diciembre de 1931, mediante el acta Nro. 38 que dice así:
"En el municipio de Itagüí en el local de la escuela urbana de niñas, a las cinco y treinta p.m. De el día veinticuatro de diciembre de 1931, se reunió la junta del centenario de Itagüí en sesión solemne y extraordinaria, con asistencia de sus socios: Señor Luis A. Mejía y señoritas Dolores Mejía, María Bernal y Rosa Mejía A.
Abierta la sesión fue leída y aprobada sin observaciones el acta anterior. Acto seguido el señor secretario dio lectura a sendas comunicaciones de don Pedro Estrada G. y de Don Eduardo Ruiz en contestación a las circulares enviadas por la junta. El señor presidente en nombre del pueblo Itagüiseño, dio las gracias a la junta por su meritoria labor durante el período de sus funciones.
A su vez la socia señorita María Bernal hizo constar su admiración y reconocimiento por el civismo del señor Presidente.
Fue aprobada por unanimidad la siguiente proposición presentada por el Presidente señor Luis A. Mejía.
La junta del centenario de Itagüí en el día de hoy al cumplirse la primera centuria de vida municipal, deja consignado su saludo a sus hijos de Itagüí a quienes queda la fortuna y les alcance el deber de hacerlo de la manera más afectuosa y progresista y desean que las circunstancias económicas así lo permitan.
Declaro luego instalada la S.M.P de Itagüí integrada por los socios de la Junta Centenaria.
Finalmente se procedió a la siembra del árbol del Centenario.
Para hablar de la meritoria monografía de Agapito Betancur hay que citar: "Que un pueblo sin historia es un pueblo sin pasado". Esto acontecía en el distrito de Itagüí.
Betancur en su obra logra recoger de los archivos históricos del departamento la repartición de tierras del sitio de Itagüí; que hasta antes de la publicación de la monografía eran desconocidas por sus pobladores.
Este estudio sobre Itagüí, trató de abarcar de una forma concreta y coherente la historia tanto civil como eclesiástica del distrito.
El autor, dado la época en que se publicó la obra tuvo especial interés en dar a conocer los pormenores de la fundación del sitio de Itagüí, apoyándose en la construcción de sus primeras capillas.
De ahí el énfasis en el contenido religioso de la obra. También consagra la monografía de una manera sistemática la creación del municipio.
Rescata la obra del anonimato a los más insignes personajes del abolengo Itagüiseño del siglo XIX.
Este corto tratado sobre la municipalidad Itagüiseña es el primero en su género que trata el nacimiento de la industria en el municipio, "Ya que en 1916 se había publicado Guía de Medellín por Jean Peyrat y describía a Itagüí como un pequeño poblado, que carece de importancia".
Por último es digno reconocer el contenido fotográfico de la obra; pues por vez primera aparecieron publicadas fotos de Itagüí, de sus gentes, industrial y personajes célebres.
Cuenta la monografía con ciento cuarenta y cinco páginas y ochenta y cinco fotografías.
El denominado estadio municipal de Medellín, que no era otro que el desaparecido San Fernando de Itagüí el estadio - hipódromo se inauguro para partidos de fútbol profesional el 19 de marzo de 1941. El partido inaugural fue entre los elencos legión Nutibara y Boca Junior de Cali. El marcador final 1 - 1, goles de Leonardo Cabuyales (Boca Junior) y Carlos Arturo Morrito Álvarez (Legión Nutibara).
En cuanto a la pista del hipódromo esta fue inaugurada en junio de 1941, para su época el edificio del hipódromo era considerado un fuera de serie en las construcciones de su clase. La sola marquesina tenía 800 mts2 de superficie, no tenía un solo pilar de apoyo, la capacidad de la tribuna era para tres mil personas.
El hipódromo - estadio funcionó hasta el año de 1952. Actualmente la Central Mayorista de Antioquia funciona en los predios en donde funciono el Hipódromo de San Fernando
Dice el refrán que "pueblo pequeño infierno grande", para explicar las consejas y rumores que en las poblaciones corren a diario. Y este hecho tuvo toda la aplicación a principios de 1945 en Itagüí, cuando en la carrera 51 con calle 49, una cuadra al sur de la plaza principal, se levantaba un edificio rectangular de espaciosas proporciones. Nadie sabía a ciencia cierta cual iba a ser su destinación, y a medida que fue tomando forma y se vieron las columnas y los arcos que llevaba en el centro, así como su frontis, un tanto a lo español antiguo, se propaló la especie de la fundación de una capilla protestante. La leyenda se difundió rápidamente y tomó cuerpo en la conciencia de toda la gente hasta llegar a oídos del señor cura párroco.
La "capilla protestante" fue terminada, pero en lugar de estrados para que el pastor explicara la Biblia y de bancas para que los buenos cristianos estuvieran cómodos durante las ceremonias religiosas, se colocaron estanterías para libros y mesas de consulta para lectores. Lo que había levantado don Diego Echavarría, propietario de aquel edificio, no era una capilla protestante sino la "Biblioteca de Itagüí", una de las mejores organizadas del país y que ha hecho magnífica labor cultural en la vecina población.
"Pero tanto había taladrado en la conciencia de las gentes la leyenda de la "capilla protestante" que hubo necesidad de que el señor cura párroco fuera a revisar los libros que llenaban las vitrinas y desde el púlpito exhortara a sus feligreses a visitar la Biblioteca en la seguridad de que allí no encontrarían obras de corrupción sino de estudio y sano esparcimiento. Fue entonces cuando oficialmente se inauguró el 13 de mayo de 1945 aquella casa de cultura, la cual inició desde entonces la ardua tarea de infundir el amor al estudio a todas las clases sociales de la población".
Pocos hombres como don Diego Echavarría han hecho una obra tan grandiosa y desinteresada en favor del pueblo, y pocos también como él tan esquivos a la publicidad. Cuando lo visitamos en la Biblioteca de Itagüí, después de conversar largamente con él sobre sus viajes, la organización del establecimiento y otros tópicos por el estilo sin lograr por ese medio adquirir datos relacionados con su vida, le solicitamos algunos y obtuvimos una escueta respuesta:
De la biblioteca diga todo lo que sea posible y hable de la importancia que tiene el libro para la formación del pueblo, pero de mí, absolutamente nada.
Sin embargo, nos interesaba tanto conocer las realizaciones de la Biblioteca como la recia personalidad de su fundador, pues consideramos que muy pocos pueden igualarle. Hijo de don Alejandro Echavarría, el donador del hospital de San Vicente, le viene por herencia ese sentimiento de caridad hacia las clases desvalidas. Y fue así como por iniciativa suya y después de participar él con la mitad de los gastos, el municipio de Medellín levantó la Clínica de Maternidad de Prado, entidad de beneficencia que ha prestado los más asiduos servicios a la clase económica baja. Educado en Alemania, donde casó, tiene una profunda formación europea que ha complementado con los viajes. Casi puede decirse que no hay ciudad importante o país de alguna atracción turística que no haya visitado en nuestro continente y en Europa. Anualmente, en compañía de su esposa, hace un nuevo viaje no por el simple placer de variar de ambiente sino también por el de estudiar, como lo prueban sus experiencias. La visita a las bibliotecas, a los museos y a las entidades culturales llenan los principales recuerdos de los viajes.
La lectura especialmente lo apasiona. Al conversar con él se puede apreciar su diario trajín por los libros de historia y de literatura. Y esta observación queda plenamente confirmada al revisar la Biblioteca de Itagüí, cuyos volúmenes han sido escogidos y comprados por él. Tiene un alto concepto de la misión del libro, como que sin él no puede haber una verdadera cultura, y considera que las bibliotecas deben fomentarse tanto como medio de formación intelectual como de canalización de las pasiones políticas. Fruto de este elevado concepto y de su vinculación con Itagüí, nació un buen día la idea de dotar a esta población de una biblioteca que sirviera de centro de cultura. Y desde el terreno y el edificio hasta la dotación y el sostenimiento de los empleados es obra exclusiva suya, sin que ninguna entidad oficial o particular haya intervenido. Tiene, pues, esta biblioteca el mérito de una valiosa donación, al frente de la cual está él casi diariamente y le dedica las más de sus horas libres a fin de constatar las mejoras que se pueden hacer.
La organización de la Biblioteca de Itagüí en sus comienzos fue sencilla y sin complicaciones, pero práctica y efectiva. El mérito Dewey, en sentir de don Diego, es un poco complejo y no bien adecuado para nosotros, como lo comprueban los fracasos para su aplicación en Argentina y otros países, donde no ha dado los resultados que en Estados Unidos. En cambio, él ha conocido en Europa y América otros sistemas más conformes con nuestra índole.
Tres clases de catalogación para las obras existen en la biblioteca: el kárdex, el catálogo topográfico y los catálogos para el público. En el primero, reservado para la administración están debidamente consignados por orden alfabético los títulos de las obras y de los autores. En esta forma no hay complicación ninguna para encontrar un libro si no se recuerda a su autor, o viceversa. Por medio del segundo, también exclusivo para la administración, se controla fácilmente el orden de las obras y se evita su pérdida, ya que allí está descrito el lugar que ocupa cada libro en la vitrina y el escaño que le corresponde. Los últimos sirven para la consulta del público y están debidamente ordenados por materias.
La comparación de este método con los usados en otras bibliotecas, no solamente del país sino también fuera de él, ha permitido establecer las ventajas que trae y su facilidad para llevarlo a la práctica.
Fue quizá la Biblioteca de Itagüí la primera entidad de esa naturaleza que comenzó a revaluar el concepto de que la biblioteca no debe ser únicamente un lugar de lectura sino una verdadera casa para la recreación del espíritu. Desde los primeros días de su fundación, don Diego inició en ella las clases de dibujo, a las cuales asisten todas las personas que lo deseen. Para ello llevó a Medellín, al profesor Emiro Botero, quien desde entonces se encuentra al frente de esa actividad habiendo desarrollado una magnifica labor. Quien visite la biblioteca en las tardes correspondientes a estas clases, se encuentra frente a un grupo de jóvenes que afanosamente pintan un cuadro de naturaleza muerta o esbozan el modelo que con paciencia permanece posado para tal efecto. Y no se crea que quienes asisten a recibirlas lo hacen por mera novelería.
Se han descubierto verdaderas vocaciones artísticas que vienen recibiendo un generoso estímulo tanto del profesor como de las directivas de la entidad. Las exposiciones de pintura que se hacen a fin de año en la misma biblioteca y en las cuales se exhiben las mejores producciones, han demostrado los resultados excelentes que han tenido estas clases de dibujos.
En desarrollo de ese concepto, para ampliar el campo de acción de la Biblioteca, con la ayuda de la sociedad de Mejoras Públicas de Itagüí, se organizaron desde hace varios meses conferencias dominicales que son dictadas por distinguidas figuras de Medellín. Las conferencias surgieron como medio de orientación pedagógica para los padres de familia, pero se les ha dado máxima amplitud, y desde los temas de las Naciones Unidas hasta la de educación familiar y las peregrinaciones de Año Santo, han sido tratadas por los conferencistas.
En un principio aquello fue extraño y hasta poco atrayente para el público, pero con el correr de los días fue demostrada su utilidad y aumentado paulatinamente el número de espectadores que con su presencia estimulan el interés de las directivas por esta iniciativa cultural.
También con alguna regularidad se presentan conciertos de piano, aunque este aspecto no ha encontrado la aceptación que los anteriores, debido indudablemente a la poca cultura que tiene nuestro pueblo para apreciar tales manifestaciones del arte. "Igualmente ha sido la Biblioteca de Itagüí el punto obligado para la celebración de fiestas cívicas como las de la madre; para las reuniones de entidades como la Sociedad de Mejoras Públicas; y para la recepción de personajes, como la verificada cuando el doctor Mariano Ospina Pérez visitó la población siendo presidente de la República".
Para el año de 1952 tiene la biblioteca alrededor de 6.000 volúmenes, en los cuales predominan las obras de historia y de literatura. Admirador de las grandes figuras universales y de los fundadores de la patria, don Diego Echavarría, ha llevado a la Biblioteca las biografías de los hombres que han decidido la orientación de la humanidad. Y así por ejemplo, al revisar la bibliografía bolivariana nos encontramos con una colección de cuarenta obras, algunas de ellas de varios volúmenes, escritas por diversos autores nacionales y extranjeros, que analizan los distintos aspectos de la vida y de la personalidad del Libertador".
Se ha preocupado especialmente don Diego por darle una gran variedad a los volúmenes de la biblioteca. De allí que el cronista encuentre desde un facsímil de la primera edición del Quijote, hasta "Las siete Partidas" de Alfonso X el Sabio editadas en 1783, "La Historia de los Papas" escrita por Ludovico Pasto, que es quizá la más completa obra sobre los jefes de la Iglesia Católica; "El Anuario de la Academia Colombiana de la Lengua", donde están recopilados los trabajos de todos los miembros que han pasado por aquellas instituciones; y la colección de revistas culturales, de artes y oficios, agrícolas, científicas y hasta de variedades, debidamente empastadas y conservadas.
Es decir, que desde el intelectual hasta el labriego y el obrero encuentran allí obras adecuadas de lectura para sus aficiones y oficios.
La Cámara de Comercio del Aburrá Sur fue creada el 24 de febrero de 1992 mediante decreto Nro. 0359 del Ministerio de Desarrollo y Crédito Público e inicia oficialmente labores el 8 de abril del mismo año en el Municipio de Itagüí, domicilio principal de la entidad, cuya circunscripción abarca los municipios de Caldas, Envigado, Itagüí, la Estrella y Sabaneta.
La zona de influencia de la cámara es un compendio de 5 municipios con una extensión geográfica de 261 kilómetros cuadrados, en los cuales se asientan según datos del censo de 1993, alrededor de 400.000 habitantes, un buen porcentaje de los cuales se encuentran vinculados a las actividades industriales y comerciales de la zona.
Las estadísticas indican que los 48.698 matriculados activos que están registrados en la Cámara de Comercio del Aburrá Sur el 95% son microempresarios, en tanto que el 4% se clasifican como pequeña y mediana industria, Pyme, y tan solo el 0.6% como gran empresa.
Con el fin de atender esta próspera comunidad, la Cámara ha venido desarrollando desde sus inicios un gran paquete de servicios empresariales, muchos de los cuales ya se encuentran a disposición del sector privado de la zona.
Todo ello ha contado con el respaldo de un excelente Plan Administrativo, basado en la atención personalizada, en la agilidad de trámite de los Registros y en la Inscripción de Actos, y en una eficiente descentralización de servicios a través de la Sede Seccional de Envigado, puesta en marcha desde el año 1993.
Otro de los logros de la Cámara es el Plan de Atención Empresarial suscrito desde el 7 de junio de 1995 entre la entidad y el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA.
Dicho plan brinda a los industriales y comerciantes del Aburrá Sur servicios de capacitación y asesoría gratuita, descentralizada y por especialidades en materias afines con el quehacer de sus actividades mercantiles y con el mejoramiento de sus niveles de competitividad y productividad.
La Cámara ha ganado también un importante liderazgo a través de sus múltiples contactos interinstitucionales, que sus empresarios se puedan vincular a eventos feriales, nacionales e internacionales y participen activamente en seminarios de Actualización en materias Económicas y Administrativas, cuyas temáticas y expositores se ajustan a los perfiles y exigencias del mundo moderno.
El acelerado crecimiento de la institución ha permitido que tan solo en seis años los empresarios del Sur pueden encontrar también en ella servicios de un centro de ARBITRAJE Y CONCILIACIÓN, espacio en el cual, la comunidad en general pueda dirimir los conflictos cotidianos, sin tener que someterse a la lenta y tormentosa espera de la justicia ordinaria.
Acogiendo igualmente las inquietudes de sus matriculados y afiliados a la Cámara creó desde finales del año 96 el Sistema de Información Comercial Empresarial, SICME. Este sistema tiene por objeto servir de puente a los microempresarios de la zona para la comercialización de sus productos y servicios, a través de herramientas mercadológicas como las Ruedas de Negocios, las ferias, los Desayunos de Trabajo o las Muestras Comerciales.
A todo esto se ha sumado la CONSOLIDACIÓN ADMINISTRATIVA, CONTABLE Y FINANCIERA que ha evidenciado la Cámara a lo largo de estos seis años, permitiendo con ello un control eficiente de los recursos institucionales y una definición clara de sus estrategias de cambio y transformación corporativa.
En todas estas acciones ha existido siempre un apoyo vital y es el recurso tecnológico, cuyos avances se han materializado oportuna y eficientemente a través de un PLAN ESTRATÉGICO DE SISTEMAS puesto en marcha desde el año 96 con el fin de garantizar el desarrollo de unas tareas de Gestión, Auditoría y Planeación que permitan proyectar e implementar los planes de acción de cada una de las áreas administrativas y operativas de la institución, a partir de unos sistemas informáticos abiertos, flexibles e integrados.
El desarrollo del plan está programado hasta 1999 y contempla la adquisición de herramientas de productividad, manejadores de bases de datos, aplicaciones de tipo administrativo, la adquisición de nuevos equipos, capacitación intensiva para todo el personal y otra serie de cambios que redundarán en un mejor servicio institucional para el comercio y la industria del Aburrá Sur.
Estas son apenas algunas realizaciones de una Cámara que aprendió a caminar con un paso firme a pesar de su corta trayectoria y su temprana edad.
Una Cámara que hoy ocupa un lugar importante en el contexto comercial del país, pero especialmente en el alma de todos los que creyeron en ella, en su gente, en su futuro y en su necesaria existencia.
El municipio de Itagüí sostiene problemas de límites con todos los municipios vecinos, con Medellín en el sector conocido como la fracción de Belén (sectores de la Fábrica de Licores de Antioquia, Mesacé, Barrio El Bolo) y en el sector del Manzanillo (Vereda la Verde) limite con el corregimiento de San Antonio de Prado. Con el municipio de La Estrella en el sector de la vía los Yarumos y urbanización Cedros de Badajoz. Tampoco se ha definido el límite con el municipio de Sabaneta.
Desde el punto de vista legal, la división político administrativa y territorial del municipio de Itagüí no ha sido modificada por disposición legal alguna. Dicha aseveración se sustenta en lo siguiente: revisando analógicamente las diversas leyes en el tiempo, encontramos que la ley de 28 de julio de 1824, de acuerdo a lo estipulado en el Art. 7, numeral 4, faculta a los Intendentes para erigir las parroquias y fijar sus límites. Exactamente lo que sucedió con el Decreto de 24 de diciembre de 1831, el cual le dio vida jurídica al distrito parroquial aludido, soportado en la norma legal que le confería la facultad al Ejecutivo para tomar dicha decisión.
Luego mediante la Resolución de 7 de marzo de 1832, el Poder Ejecutivo Central en cabeza del Vicepresidente del Estado de la Nueva Granada avaló lo actuación administrativa emanada del Gobernador.
Nombre | Período |
---|---|
Francisco Vélez | 1842 |
Joaquín Escobar | 1843 |
Francisco Robledo | 1850 |
Baltasar Montoya | 1850 |
Manuel Buendía Baena | 1851 |
Juan N. Espinosa | 1851 |
Francisco Espinosa | 1851 |
Casiano Garcés | 1851 |
Gabriel Restrepo Escobar | 1852 |
Diego Betancur | 1852 |
José Diez | 1852 |
Joaquín María Gaviria | 1853 |
Joaquín Garcés | 1853 |
Eszequiel Pineda | 1854 |
Juan Nepomuceno Espinoza | 1854 |
Milagros Velasquez | 1855 |
Juan Francisco Vélez | 1856 |
Manuel Arango | 1860 |
Casiano Garcés | 1860 |
Eleuterio Gárces | 1860 |
Nicolás Velez | 1861 |
Epitacio Vélez | 1862 |
Félix Hurtado | 1862 |
Joaquín Escobar Vélez | 1862 |
José Gómez | 1862 |
Milagros Velásquez | 1862 |
Nicolás Vélez | 1862 |
Manuel Garcés | 1863 |
José Domingo Robledo | 1869 |
Victor Espinoza | 1899 |
Eugenio F. Saldarriaga | 1870 |
Marco Antonio Robledo | 1871 |
Rafael Vélez | 1870 |
Emigdio Zuleta | 1871 |
Marco Antonio Robledo | 1871 |
Manuel Garcés | 1871 |
Joaquín A. Estrada | 1872 |
Daniel Arango | 1873 |
Juan de Dios Escobar | 1874 |
Epitacio Restrepo | 1874 |
Lázaro Betancur Jiménez | 1878 |
Juan C. Saldarriaga | 1878 |
Manuel Gárces | 1880 |
Rogelio J. Mejía | 1882 |
Eugenio E. Saldarriaga | 1883 |
Pascual Mery | 1883 |
Antonio M. Velez | 1889 |
Marco Aurelio Mejía | 1892 |
Marcelino Monsalve | 1896 |
Francisco A. Arango | 1896 |
Vicente Escobar | 1897 |
Benicio Escobar | 1897 |
Pedro P. Velez | 1898 |
José J. Giraldo | 1878 |
Nolasco Arango | 1900 |
Víctor Antonio Vélez | 1900 |
Ulpiano Yepes | 1990 |
Juan E. Arango | 1990 |
Aurelio Saldarriaga | 1901 |
Ezequiel Vélez | 1901 |
Manuel de J. Rada | 1901 |
Esteban Ochoa | 1901 |
Julio L. Londoño | 1902 |
Lucas Arango | 1902 |
Francisco A. Arango | 1903 |
Mariano Ortiz | 1903 |
Raquel de Jesus Uribe | 1903 |
Rafael Monsalve | 1904 |
Sixto Uribe | 1905 |
Marco A. Saldarriaga | 1905 |
Vicente E. Escobar | 1905 |
Antonio J. Saldarriaga | 1907 |
Luis Gonzalez | 1907 |
Victoriano Valencia | 1907 |
Marco Uribe Velásquez | 1907 |
Francisco A. Arango | 1907 |
Rafael Monsalve | 1909 |
Rodrigo Acosta | 1910 |
Ponciano Mejía | 1910 |
Andres Botero Guerra | 1911 |
Marcelino Ocampo | 1911 |
Rafael Monsalve | |
Félix A. Lenis | 1913 |
Gonzalo Mejía | 1913 |
Roberto Peláez | 1914 |
Benicio Escobar | 1914 |
Felipe A. Berrio | 1914 |
Antonio de Jesus Arias | 1915 |
Rodrigo Acosta | 1916 |
Antonio J. Alvarez | 1917 |
Rafael Monsalve | 1918 |
Francisco A. Arango | 1919 |
Jesus López | 1921 |
José Vicente Gómez | 1922 |
Jesús M. Diez | 1923 |
Arcadio Díaz | 1924 |
Jesús María Saldarriaga | 1924 |
Salvador Diez | 1924 |
Juan de la C. Ramírez | 1926 |
Jesús María Correa | 1927 |
Arcadio Díaz | 1928 |
Daniel Mejía | 1937 |
Arturo Gaviria | 1938 |
Jesús A. Toro | 1942 |
Alfredo Hernandez | 1943 |
Ernesto Rivera | 1943 |
Jorge E. Ochoa | 1943 |
Arturo Tobón Calle | 1944 |
Ignacio Correa | 1944 |
Virgilio Arias | 1945 |
Octavio Rico | 1945 |
Carlos Zuluaga | 1946 |
Gabriel Rodríguez Ochoa | 1946 |
Luis F. Hencker | 1946 |
Marco A. Arango | 1946 |
Jesús A. Venegas | 1947 |
José Gómez Amaya | 1947 |
Luis Munera Uribe | 1947 |
José Gómez Amaya | 1947 |
Jesús María Mejía | 1949 |
José Gómez Amaya | 1949 |
Ricardo Tobón Munera | 1949 |
Eduardo Restrepo | 1949 |
Manuel Díaz Sierra | 1951 |
Tulio Jaramillo | 1951 |
Artemo Bermudes Rios | 1953 |
Felix Mejia Aranzasu | 1953 |
Hernando Londoño Jímenez | 1953 |
Manuel Dias Sierra | 1953 |
Oscar Llano Escobar | 1953 |
Hernando Londoño Jímenez | 1953 |
Hernando Uribe Jímenez | 1954 |
Roman Uribe Restrepo | 1954 |
Francisco Naranjo | 1955 |
Mayor Alfonso Sanchez León | 1956 |
Coronel Alejandro Moreno Aguilera | 1957 |
Mauro Trujillo Trujillo | 1958 |
Fabio Zapata Perez | 1958 |
Octavio Arcila Vélez | 1959 |
Luis González | 1960 |
Horacio Posada | 1960 |
José Alberto Celis | 1961 |
Roberto Calle Cárdenas | 1962 |
Jaime Barrera González | 1962 |
Hernán Arboleda Restrepo | 1963 |
Ricardo Restrepo Rico | 1963 |
Roberto Calle Cárdenas | 1963 |
Humberto Buitrago Díaz | 1964 |
Ricardo Restrepo Rico | 1965 |
Luis Gonzalez | 1966 |
Hernán Arboleda Restrepo | 1966 |
Manuel Velez Cuartas | 1967 |
Juan Hincapié Sierra | 1968 |
Bernardo Cardona Rincón | 1969 |
Juan Hincapié Sierra | 1970 |
Bernardo Cardona Rincón | 1971 |
Carlos Ossa Lema | 1971 |
Miguel Álzate Aguilar | 1971 |
Eusebio Vélez Pérez | 1972 |
Luis Guillermo Aguirre Leal | 1972 |
Luis R. Valencia Durango | 1972 |
Álvaro Velásquez Arango | 1973 |
Bernardo Cardona Rincón | 1973 |
Eduardo Moreno Velez | 1973 |
Eusebio Vélez Pérez | 1973 |
Eduardo Moreno Velez | 1974 |
Fabio Elio Hernadez Cardona | 1974 |
Jorge Mejía Ossa | 1974 |
Miguel Angel Montoya Escobar | 1974 |
Rafael Bernal | 1974 |
Rafael Puerta Abad | 1975 |
Consuelo Pabon de Espinoza | 1975 |
Alfonso Cuartas Montoya | 1977 |
Andres Hidalgo Agudelo | 1977 |
Enrique Arias Navarro | 1977 |
Gustavo Correa Betancur | 1977 |
Juan Hincapie Sierra | 1978 |
Lazaro Betancur Jímenez | 1978 |
Sigifredo Guzman Henao | 1978 |
Juan Hincapie Sierra | 1978 |
Arnulfo Correa Sevillano | 1979 |
Villamil Aguilar de Medina | 1979 |
Amado Agudelo Cuartas | 1980 |
Arnulfo Correa Sevillano | 1980 |
Filiberto Antonio Restrepo Sierra | 1980 |
Julio Cesar Echeverri Ceballos | 1980 |
Alfonso Cuartas Montoya | 1982 |
Juan Guillermo Vasquez Estrada | 1982 |
Rosa Elena Orozco de Campillo | 1982 |
Luis Javier Perez Cardona | 1984 |
Oscar Julio Montoya Garcés | 1985 |
Luz Marina López Baena | 1986 |
Carlos Alberto Fernández Posada | 1986 |
Luis Gonzalo Jaramillo Jiménez | 1986 |
Álvaro Guillermo Rendón López | 1986 |
Álvaro Julio Velásquez Arango | 1987 |
Carlos Alberto Fernández Posada | 1987 |
Mario de Jesús Escobar Vélez (ELECCION POPULAR ) | 1988 |
Luis Ángel Vásquez Vásquez | 1989 |
Luis Fernando Muñoz Correa | 1989 |
Orlando Parra Trujillo | 1990 |
Juan Carlos Moncada | 1990 |
Guillermo León Montoya Mesa | 1990 |
Juan Carlos Moncada | 1991 |
Luis Fernando Muñoz Correa | 1992 |
Luz Ángela Pineda Montoya (E) | 1992 |
José Manuel Hernández Franco (E | 1993 |
Oscar Sanchez Franco | 1993 |
Cesar Alfonso Alvarez Hernandez (E) | 1994 |
José Manuel Hernandez Franco (E) | 1994 |
Carlos Mario Velasquez Amaya (E) | 1995 |
Juan Carlos Moncada | 1995 |
José Manuel Hernandez Franco (E) | 1996 |
Rogelio Zapata Alzate (E) | 1996 |
Carlos Arturo Betancur Castaño (E) | 1996 |
Ángela Viviana Trujillo Castaño (E) | 1997 |
HECTOR FERNANDO ARBOLEDA RESTREPO | 1998 - 2000 |
CARLOS MARIO SERNA | 2001 - 2003 |
CARLOS ARTURO BETANCUR CASTAÑO | 2004 - 2007 |
GABRIEL JAIME CADAVID BEDOYA | 2008 - 2011 |
CARLOS ANDRES TRUJILLO GONZALEZ | 2012 - 2015 |
LEON MARIO BEDOYA LOPEZ | 2016 - 2019 |
El Municipio de Itagüí está situado al sur de la ciudad de Medellín, en el Valle de Aburra, una de las nueve regiones en las que se divide cultural y geográficamente el Departamento de Antioquia. Colinda con Medellín, Envigado, Sabaneta y La Estrella.
Itagüí cuenta con una extensión territorial de 21.09 km2, correspondiendo 12.17 km2 a la zona urbana y 8.91 km2 a la zona rural lo cual lo hace uno de los municipios más pequeños del país, gran parte del territorio está destinado al uso urbano. El nuevo suelo de expansión urbana comprende 130 hectáreas.
Su topografía es variable y es caracterizada, principalmente, por la presencia de pendientes y de riachuelos y quebradas que la atraviesan, se presentan terrenos semiplanos y ondulados hasta terrenos con altas inclinaciones, los terrenos planos del municipio están mayormente urbanizados.
Comuna N° 1: El perímetro de la comuna 1 se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Esta comuna integra los siguientes barrios según el Catastro Municipal: Zona industrial No1, Zona Industrial No 2, Los Naranjos, Asturias, Araucaria, San José, La Independencia, San Juan Bautista, La Gloria, Las Mercedes, San Isidro, Satexco, Playa Rica, Centro, Villa Paula, Artex y La Santa Cruz.
Comuna Nº 2: El perímetro de la comuna 2 se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Esta comuna integra los siguientes barrios según el Catastro Municipal: San Pío X, Camparola, Monte Verde, La Palma, Jardines Montesacro, Zona Industrial No 3 (Urb. Escocia, estación del sur, Robles del Sur),Yarumito, La Finca, Santa Catalina, Samaria, El Palmar, Las Margaritas, Samaria No.1, Santa Ana y Malta.
Comuna Nº 3: El perímetro de la comuna 3 se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Esta comuna integra los siguientes barrios según el Catastro Municipal: Ditaires, San Francisco(Bariloche), Triana, San Antonio, San Gabriel, 19 de Abril, Villa Lía, San Javier, Pilsen, Las Brisas y Glorieta Pilsen. A esta comuna se anexa el parque de la Limona. Adicionalmente se conforma el nuevo barrio Bariloche, conformado por las urbanizaciones Bariloche, Altos de Bariloche, Vegas de Bariloche, Altos de San Gabriel, Mirador de San Francisco, Cárcel de Máxima Seguridad y Liceo el Concejo.
Comuna Nº 4: El perímetro de la comuna 4 se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Esta comuna integra los siguientes barrios según el Catastro Municipal: Simón Bolívar, La Esmeralda, Santa María No 1(El Guayabo), Santa María No 2, Santa María No 3(San Pablo y la Hortensia), San Fernando y Colinas del Sur.
Comuna Nº 5: El perímetro de la comuna 5 se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Esta comuna integra los siguientes barrios según el Catastro Municipal: Balcones de Sevilla, Ferrara, La Aldea, Terranova, Tablazo, Las Américas, Las Acacias, Calatrava, y Loma linda.
Comuna No. 6: El perímetro de la comuna 6 se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Esta comuna integra los siguientes barrios según el Catastro Municipal: Fátima, El Rosario, La Unión, y Santa María La Nueva.
El perímetro del corregimiento se establece por medio de una línea imaginaria que se define a partir de coordenadas geográficas amarradas a la red nacional, teniendo como punto de partida la ciudad de Bogotá. Este corregimiento integra las veredas de La María, Los Olivares, Loma de los Zuleta, El Pedregal, El Progreso, Los Gómez, El Ajizal, El Porvenir y La Verde.
Casa finca ubicada a 18 cuadras del parque principal del municipio de Itagüí, Valle de Aburrá. Su arquitectura es de estilo Elíptica y data de principios del siglo XX. Tiene una extensión de aproximadamente 5.300 m2; de los cuales 2.200 están construidos y 3.100 son de zona verde. Llamado antiguamente Casa Ditaires, es un lugar adecuado para conferencias y reuniones ya que puede albergar a 300 personas. Fue habitada durante mucho tiempo por el filántropo Diego Echavarría Misas. La casa fue reconstruida por la Fundación Ferrocarril de Antioquia entre los años 1990 y 1994.
Fuente: libro 20 años Restaurando el Patrimonio - Fundación Ferrocarril de Antioquia.
FUENTE FOTOGRAFÍA: Municipio de Itagüí
Éste cuenta con varias zonas húmedas para el disfrute de la comunidad de Itagüí y de las personas provenientes de otras partes, piscinas de distintos tipos entre ellas una piscina de olas; además cuenta con el Estadio Metropolitano Ciudad Itagüí, Pista de atletismo, pista panamericana de bicicrós, Coliseo de eventos y centro de convenciones.
Esta monumental obra que transformó el sector y que hace parte del Parque Recreativo Ditaires, cuenta con una tribuna norte para 4.000 y la occidental para 8.000 espectadores, palcos oficiales y sonido interno, dos palcos para invitados, 6 cabinas de televisión y prensa, el ingreso a estos palcos y cabinas es independiente a la de las tribunas, camerinos para el equipo local y el visitante con zona para calentamiento, la salida de los jugadores y el árbitro es interna, posee alojamiento para la concentración, oficinas de la administración y del equipo administrativo del personal, gimnasio, cafeterías.
La pista atlética de ocho carriles es de fabricación alemana, es la más moderna del país en los años 90s.
Fuente Fotografía: Municipio de Itagui
En el centro de la ciudad, es un bello y moderno sitio de reunión para el disfrute y el descanso ciudadano. Llegar al parque, es entrar a un espacio cuyo encanto y atractivo le ha merecido la nominación al Premio Nacional de Arquitectura.
Fuente Fotografía: Municipio de Itagui
Cuenta con zonas verdes, bancas, fuentes de agua, andenes que permiten el desplazamiento, teatro al aire libre con un área de 154 mts2 y capacidad aproximada para 500 personas, y con la monumental obra RETO del artista itagüiseño Salvador Arango, con una altura total del conjunto escultórico de 18 mts y un peso total de 62.5 toneladas.
Está ubicado en la carrera 52 y 52D entre calles 61 y 63. Como parque presta los servicios de un lugar para el encuentro de personas, el esparcimiento de familias y amigos, como también para la realización de diferentes actividades culturales. El teatro al aire libre se utiliza con actividades culturales, con esta programación la Administración ofrece otro espacio cultural y de esparcimiento a la comunidad.
Cuenta con zonas verdes, bancas, fuentes de agua, andenes que permiten el desplazamiento, teatro al aire libre con un área de 154 mts2 y capacidad aproximada para 500 personas, y con la monumental obra RETO del artista itagüiseño Salvador Arango, con una altura total del conjunto escultórico de 18 mts y un peso total de 62.5 toneladas.
Está ubicado en la carrera 52 y 52D entre calles 61 y 63. Como parque presta los servicios de un lugar para el encuentro de personas, el esparcimiento de familias y amigos, como también para la realización de diferentes actividades culturales. El teatro al aire libre se utiliza con actividades culturales, con esta programación la Administración ofrece otro espacio cultural y de esparcimiento a la comunidad.
Reconocido por ser el centro de fiestas culturales, como el Octubre Cultural y el Día Mundial de la Pereza. Es el sitio de encuentro para las tertulias, los jóvenes y bohemios de la ciudad. En el centro de éste se halla un monumento al Obrero, realizado en piedra bogotana y bronce, con autor sin identificar.
Fuente Fotografía: Municipio de Itagui
Máxima altura geográfica del municipio, desde allí se pueden divisar las poblaciones comprendidas entre Caldas y Niquía. Proyectado como Parque Ecológico.
Además se está ofreciendo por medio del proyecto la montaña que piensa una variada programación en el nuevo teatro construido allí, al igual que el bello trabajo escultórico que se está realizando en las laderas de las barrancas
Itagüí en el 2015 será reconocida como una ciudad que recupera su institucionalidad y la confianza de los ciudadanos y las ciudadanas, garante e incluyente de los derechos de los diversos grupos poblacionales, con un territorio que fortalece sus potencialidades, convirtiéndose en una ciudad competitiva, ambientalmente sostenible, segura, amable y orgullo de todas y todos.
“Impulsar el desarrollo armónico de su territorio enmarcado en las demandas del progreso; garantizar la provisión de bienes y servicios de consumo colectivo esenciales para una vida digna; posibilitar el desarrollo de sus habitantes a escala humana, social y cultural; y promover espacios de participación, solidaridad, honestidad, transparencia y respeto por las diferencias, en el ámbito de los principios, derechos y deberes ciudadanos”.
El Municipio de Itagüí, se compromete con la seguridad ciudadana y la transformación efectiva de las necesidades básicas de la comunidad, mediante el desarrollo armónico de su territorio, el mejoramiento continuo de sus procesos, la gestión transparente de los recursos, con responsabilidad, social, cultural y ambiental, promoviendo espacios de participación ciudadana y elevando la calidad de vida de las familias, para hacer de este un municipio competitivo, innovador y con proyección internacional.
Autonomía: La Nación y las entidades territoriales ejercerán libremente sus funciones en materia de planificación según las atribuciones que a cada una de ellas se les haya específicamente asignado en la Constitución y la ley, así como a las disposiciones y principios contenidos en la Ley orgánica del plan de desarrollo.
Ordenación de Competencias: El contenido de los planes de desarrollo se sustenta en el ejercicio de las respectivas competencias y según los criterios de concurrencia, complementariedad y subsidiariedad.
Concurrencia: Cuando dos o más autoridades de planeación deban desarrollar actividades en conjunto hacia un propósito común, teniendo facultades de distintos niveles, sus actuaciones deberán ser oportunas y procurando la mayor eficiencia y respetándose mutuamente los fueros de competencia de cada una de ellas.
Subsidiaridad: Las autoridades de planeación del nivel más amplio deberán apoyar transitoriamente y por solicitud directa a aquellas que carezcan de capacidad técnica para la preparación oportuna del plan de desarrollo.
Complementariedad: En el ejercicio de las competencias en materia de planeación las autoridades actuarán colaborando con las otras autoridades, dentro de su órbita funcional, con el fin de que el desarrollo de aquellas tenga plena eficacia.
Articulación Interinstitucional: El Estado colombiano es uno solo, y por eso es necesario que el Gobierno en sus diferentes niveles -nacional, departamental y municipal- planifique de manera armonizada y acorde con las respectivas competencias para alcanzar los objetivos de desarrollo comunes, de tal manera que se generen sinergias, tanto para no duplicar esfuerzos como para buscar la orientación de las acciones y metas en la misma dirección.
Coordinación: Las autoridades de planeación del orden nacional, regional y de las entidades territoriales deberán garantizar que exista la debida armonía y coherencia entre las actividades que realicen en su interior y en relación con las demás instancias territoriales, para efectos de la formulación, ejecución y evaluación de sus planes de desarrollo.
Consistencia: Con el fin de asegurar la estabilidad macroeconómica y financiera, los planes de gasto derivados de los planes de desarrollo deberán ser consistentes con las proyecciones de ingresos y de financiación, de acuerdo con las restricciones del programa financiero del sector público y de la programación financiera para toda la economía que sea congruente con dicha estabilidad.
Prioridad del gasto público social: Para asegurar la consolidación progresiva del bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, en la elaboración, aprobación y ejecución de los planes de desarrollo de la Nación y de las entidades territoriales, se deberá tener como criterio especial en la distribución territorial del gasto público el número de personas con necesidades básicas insatisfechas, la población y la eficiencia fiscal y administrativa, y que el gasto público social tenga prioridad sobre cualquier otra asignación; de esta forma se promueve una justa distribución y acceso a los recursos, las oportunidades y el poder para toda la población en condiciones de igualdad, teniendo en cuenta el sexo, la etnia o cualquier otra condición de vulnerabilidad o exclusión. El principio de prioridad en el gasto público está relacionado con la equidad, en la medida que promueve una justa distribución y acceso a los recursos, las oportunidades y el poder para toda la población en condiciones de igualdad, teniendo en cuenta sexo, etnia o cualquier otra condición de vulnerabilidad o exclusión.
Continuidad. Con el fin de asegurar la real ejecución de los planes, programas y proyectos que se incluyan en los planes de desarrollo nacionales y de las entidades territoriales, las respectivas autoridades de planeación propenderán por que aquellos tengan cabal culminación.
Continuidad:Con el fin de asegurar la real ejecución de los planes, programas y proyectos que se incluyan en los planes de desarrollo nacionales y de las entidades territoriales, las respectivas autoridades de planeación propenderán por que aquellos tengan cabal culminación.
Participación: Durante el proceso de elaboración de los planes de desarrollo, las autoridades de planeación velarán por que se hagan efectivos los procedimientos de participación ciudadana previstos en el ordenamiento constitucional y legal vigente, de tal forma que se convoque y vincule a organizaciones y actores representativos del desarrollo, garantizando una adecuada participación de diferentes grupos de población (por ejemplo, grupos étnicos, mujeres, jóvenes, personas en situación de desplazamiento, etc.).
Sustentabilidad ambiental:Para posibilitar un desarrollo socio-económico en armonía con el medio natural, los planes de desarrollo deberán considerar en sus estrategias, programas y proyectos, criterios que les permitan estimar los costos y beneficios ambientales para definir las acciones que garanticen a las actuales y futuras generaciones una adecuada oferta ambiental.
Desarrollo armónico de las regiones: Los planes de desarrollo propenderán por la distribución equitativa de las oportunidades y beneficios como factores básicos de desarrollo de las regiones. De igual forma, deben considerar los ejercicios adelantados por la entidad territorial y los otros niveles de gobierno en materia de (1) visión prospectiva, (2) planes de desarrollo, (3) planes de ordenamiento territorial, y (4) políticas, programas y estrategias sectoriales, entre otros, con el fin de articular los diferentes esfuerzos en la búsqueda de propósitos comunes de bienestar y desarrollo regional. Así mismo, tener en cuenta ejercicios de planificación y propuestas adelantadas por las organizaciones y autoridades de los grupos étnicos, como es el caso de los planes de vida de pueblos indígenas y planes de etno-desarrollo de comunidades negras. En este sentido, la planeación debe superar el ámbito de la jurisdicción, y para ello debe propiciar alianzas entre entidades territoriales para superar limitaciones -físicas, técnicas, de recurso humano y financieras- y aprovechar tanto las potencialidades como las economías de escala para concretar sus objetivos de
desarrollo.
Proceso de planeación: El Plan de Desarrollo establecerá los elementos básicos que comprendan la planificación como una actividad continua, teniendo en cuenta la formulación, la aprobación, la ejecución, el seguimiento y la evaluación.
Continuidad: Con el fin de asegurar la real ejecución de los planes, programas y proyectos que se incluyan en los planes de desarrollo nacionales y de las entidades territoriales, las respectivas autoridades de planeación propenderán por que aquellos tengan cabal culminación.
Eficiencia: Para el desarrollo de los lineamientos del plan y en cumplimiento de los planes de acción, se deberá optimizar el uso de los recursos financieros, humanos y técnicos necesarios, teniendo en cuenta que la relación entre los beneficios y costos que genere sea positiva; es decir, alcanzar la máxima cantidad de productos, resultados e impactos con el uso racional de los insumos disponibles.
Viabilidad: Las estrategias, programas y proyectos del Plan de Desarrollo deben ser factibles de realizar, según las metas propuestas y el tiempo disponible para alcanzarlas, teniendo en cuenta la capacidad administrativa, ejecución y los recursos financieros a los que es posible acceder.
Coherencia: Los programas y proyectos del Plan de Desarrollo deben tener una relación efectiva entre el diagnóstico integral y las estrategias y objetivos establecidos en él. De igual forma, las estrategias y objetivos definidos deben guardar correspondencia con la misión, las competencias y las funciones de las entidades territoriales establecidas en las normatividad vigente.
Además de los principios generales que rigen las actuaciones de las autoridades en materia de planeación, para este Plan de Desarrollo se considerarán los siguientes:
Axiología: Es una rama de la filosofía que va enfocada al estudio de los valores y su utilidad para el hombre. Estos son los principales valores adoptados por el Municipio de Itagüí, y definidos como su tratado o estudio.
Honestidad: Rectitud, Honradez, decencia.
El Municipio de Itagüí ejecutara los recursos públicos de manera coherente con la normatividad, optimizando y respetando el cuidado de los bienes públicos y algunos privados.
El servidor público del Municipio de Itagüí, realizara acciones concretas e idóneas antela comunidad, dándole especial cuidado en el manejo de los recursos recomendados.
Transparencia: Comportamiento que no genera duda y que evidencia la rectitud en la gestión pública de cara a la comunidad.
El Municipio de Itagüí es una entidad transparente en la ejecución de los recursos públicos de manera coherente con la normatividad con base en la participación
comunitaria, brindándole a la comunidad la viabilización permanente de las acciones públicas.
El Servidor Público del Municipio de Itagüí, maneja los recursos a su cargo de manera idónea, con acciones concretas y legales e informa a la comunidad
descentralizadamente.
Respeto: Aceptación de la diferencia del otro. El Municipio de Itagüí, brinda a la comunidad, la atención adecuada y oportuna para que las actuaciones públicas sean el ejercicio del cumplimiento de la protección de los derechos y el cumplimiento de su misión institucional.
Los servidores públicos del Municipio de Itagüí interactúan con la comunidad con política inclusiva e incluyente con trato amable y cortés, valorando la participación
comunitaria.
Rectitud: Comportamiento con justicia y severidad. Los servidores públicos del Municipio de Itagüí laboran en forma objetiva, en equidad y justicia, sin afectaciones comunitarias.
Responsabilidad: Obligación de la persona a responder y asumir las consecuencias de lo actuado: Los servidores públicos del Municipio de Itagüí, responden por el cumplimiento de sus funciones, asumiendo las consecuencias de las propias acciones y cumpliendo con el
deber ser de su función siempre en procura del mejoramiento.
Dignidad: Comportamiento decoroso de las personas, con respeto por su propia estima.
La Administración Municipal de Itagüí es garante de un trato respetuoso y amable con autoestima en el actuar, dentro y fuera de su entorno laboral, entre sus servidores y la comunidad.
Probidad: Integridad en el obrar. Las funciones y las gestiones desarrolladas por cada servidor público en la Administración Municipal de Itagüí, está enfocada y orientada a servir con transparencia, honestidad y rectitud, cumpliendo a cabalidad y de manera ética las funciones designadas en cada cargo; cumpliendo con la norma y brindando a los ciudadanos el respeto en el servicio que se merecen.
Servicio: Trabajo orientado a satisfacer las necesidades de los demás. La administración Municipal de Itagüí orienta sus programas y proyectos al servicio de
la comunidad, contribuyendo a satisfacer las necesidades básicas de la comunidad de manera efectiva. Además cada uno de los funcionarios públicos dentro de su ética profesional y personal está fortaleciendo la cultura del buen servicio a la comunidad con cortesía, amabilidad y disposición para buscar las soluciones asertivas a los diferentes casos que la comunidad expone.
(1885 Itagüí - 22/02/1950) Docente ITAGÜISEÑO. a la edad de 15 años le toco actuar en la guerra de los mil días, donde obtuvo el grado de subteniente, dado por el general Ospina. luego trabajo en la construcción del Ferrocarril de Antioquia y en la fábrica de velas del Dr. Avelino Saldarriaga. Fue profesor del liceo antioqueño y del COLEGIO EL ROSARIO. En el año de 1960 la Asamblea Departamental de Antioquia optó por crear un establecimiento para cubrir la amplia demanda de los estudiantes de Itagüí, y aprobó la ordenanza No 41 de 1961 para el Liceo Departamental Enrique Vélez Escobar (Eve), como homenaje al maestro de la juventud.
Pintor colombiano, nació en Itagüí, Antioquia en 1897 y murió en Medellín, Antioquia en 1967.
Inició sus estudios en Bellas Artes, y luego viajó en 1927 a Italia y Francia para perfeccionarlos. Regresó a Medellín (Antioquia) en 1931 para dirigir el Instituto de Bellas Artes de esa ciudad en 1932. Fue invitado a participar en la Bienal de Madrid en 1952, y realizó su última exposición individual en el Museo de Zea, hoy Museo de Antioquia. Su obra se encuentra en colecciones privadas en lugares específicos como el Museo de Antioquia y la Escuela de Arte Eladio Vélez de la Sociedad de Mejoras Públicas de Itagüí, que le rinde homenaje.
Sus obras acogen una temática en ocasiones considerada intrascendente: los paisajes rurales, las calles de la ciudad, la vida cotidiana, en los cuales despliega su técnica realista que valora el color, la plástica, el trazo cuidado en el óleo y la acuarela, técnica con la que fundó con su amigo Pedro Nel Gómez, la Escuela de Acuarelistas Antioqueños.
Diego Echavarría Misas, nació el 28 septiembre del año 1895, era hijo de Alejandro Echavarría Isaza, originario de Barbosa y Ana Josefa Misas Euse. A los 16 años fue enviado a Alemania, donde cursó estudios secundarios en el Pedagogium en Godesberg, cerca a Bonn.1 A partir de entonces, viajó por diferentes sitios de Europa, visitando periódicamente a Medellín, donde inicialmente trabajó con su padre. Se instaló en París. Posteriormente contrajo matrimonio con la alemana Doña Benedikta zur Nieden, conocida como Doña Dita con quien tuvo su única hija Isolda Echavarría Zur Nieden; decidió instalarse en Medellín y compró una finca en Itagüí, que llamó Aires de Dita, luego llamada Ditaires, allí sembró una arboleda. Actualmente, los territorios originales de la finca han sido reducidos para la construcción de barrios y avenidas, la casa de la cultura de Itagüí, el Colegio Alemán de Medellín y el parque Recreativo Ditaires. Sin embargo, la hacienda principal no ha sido modificada, y hoy es un centro de convenciones.
Los domingos observa la precaria situación de los campesinos, motivo que le incitó a construir una clínica en San Antonio de Prado, dando la mitad del presupuesto para su construcción. En 1945 construyó la Fundación Biblioteca de Itagüí, obra favorita del señor Diego. Hizo caso omiso de las críticas. 15 años después se vio el resultado; aproximadamente 10.000 lectores acudieron en 1960 a esta sala de lectura. La estadística del año 1971 arrojó un total de 354.236 lectores. Este recinto es actualmente un auditorio, ya que la biblioteca fue trasladada al Parque Obrero.
En los primeros años funcionaba una clase de pintura que más tarde se suprimió debido a la estrechez, por el gran número de lectores. En 1970 donó un gran lote de su finca en Itagüí para la construcción de una escuela en el barrio Santa Ana, que llamó Isolda Echavarría en memoria de la única hija de Don Diego, fallecida en Estados Unidos donde cursaba sus estudios universitarios debido a una enfermedad llamada Guillam Barre. Con el patrimonio de su familia, Don Diego creó una Fundación para obras de educación y beneficencia, construyó la Residencia Isolda Echavarría en el barrio el Pedregal; centro que suministra educación práctica y asistencia médica a la población cercana. Casi a diario subió para vigilar los trabajos de la construcción y más tarde el funcionamiento.
Se trasladó posteriormente al Poblado con la compra de El Castillo, sitio donde instaló obras de arte. Gustó de vivir en ambiente europeo y reformó esta casa hasta lograr una apariencia artística extraordinaria. Ahora es museo. Lo último que logró crear fue la Biblioteca de Barbosa. La víspera del secuestro, encargado por Pablo Escobar Gaviria, llevó muchos libros a ese edificio, los hizo catalogar y estuvo satisfecho por los resultados que daría en el municipio. Fue asesinado el 19 de septiembre de 1971 por el autor de su secuestro Pablo Escobar Gaviria.
Escultor colombiano, nació en Itagüí, Colombia en 1944 y es conocido por su seudónimo "SAAR".
Inició su formación secundaria en el Instituto de la Universidad de Antioquia. Hizo estudios de pintura y de historia del arte en el Instituto de Artes Plásticas en la Ciudad de Medellín. Es considerado un escultor figurativo, que a través de un estilo geométrico logró encontrar una identidad y un reconocimiento mundial; su estilo se reconoce como geométrico conceptual.
En 1976, asistió en representación de Colombia, e invitado por la Universidad de Pensilvania de los Estados Unidos, a la Novena Conferencia Internacional de Escultura en la ciudad de New Orleans. En 1978 Documental Filmes de Bogotá realiza "Manos a la Obra", un cortometraje de 15 minutos sobre la vida y obra del escultor; película que fue exhibida en todos los teatros del país, dirigida por Leopoldo Pinzón. En 1990 fue invitado por International Art Conection a representar a Colombia en una gran exposición Internacional de artes plásticas Laura Des Createurs en La Chapelle de la Sorbonne en París.
Las obras de Salvador Arango se destacan en todo el país, obras como: El Escarabajo, Un Nuevo Amanecer, Vírgenes Negras, La Pensadora, La Dama del Arpa, La Dama de la Justicia, La Dama del Espejo, Reto, Cristo.
Toda la infraestructura física o composición de todo el sistema de equipamiento, está compuesto por todo las áreas y construcciones de uso público, para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, algunas de las cuales se encuentran en zona urbana y otras en zona rural o corregimiento compuesto por las diferentes veredas, las cuales constituyen el patrimonio deportivo y recreativo, como el complejo ditaires, coliseo cubierto, zona húmeda, placas polideportivas, canchas de futbol, canchas sintéticas y otros espacio de uso exclusivo para la comunidad.
Fuente: Secretaría de Infraestructura, a noviembre 2016
Fuente: Secretaría de Infraestructura, a diciembre 2015
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